sábado, 12 de diciembre de 2015

Metas

Si una persona solo piensa que para lograr sus sueños el único camino es arriesgar lo que tiene, eso no es valor sino temeridad, y tiene un alto porcentaje de pérdida y un alto grado de frustración si no se alcanzan esos sueños.

Si, por contra, se asume que esos riesgos son inherentes a la vida, sin darles la espalda te preparas para afrontarlos cuando surjan y sin apenas darte cuenta, valoras y disfrutas más de lo que depara cada día. De esta forma cada pequeño logro, cada pequeña sorpresa, es un premio y si hay algo que te lastima, tardas menos en sanar.

Lo mejor de tu vida es que probablemente puedes elegir como enfocarla a pesar que las situaciones te obliguen a gestionar tu tiempo de una u otra forma. Es frecuente optar por gastar tus energías ahorrando, terminando exhausto por tu trabajo y pasando carencias para poder tener ese piso, o ese coche, o conseguir a esa persona que te gusta.

La vida es corta y no es más que una consecución de días, de horas, de segundos. Así que también puedes cambiar el chip para que tu día a día sea genial, para reservar unos segundos para tí, o para quien tú quieras, para disfrutar al lado de quien tienes al lado, para estar abierto a que te sorprendan como un niño, para avanzar desde donde ya estas. En resumen: para evolucionar. Y no te dolerá si durante el camino tienes que cambiar de rumbo mil veces, o si caes. Te aseguro que si, finalmente, no logras tus metas, no vas a sentir frustración alguna porque tu vida entera será un sueño y un logro constantes.

Después de todo, cuando no estés, esa vida será lo que recuerde de ti quien desee recordarte.

Ahora bien.

Nunca es demasiado tarde para pensar en lo que deseas legar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario